El hombre cactus era mexicano

y como buen macho le encantaba el tequila y las mujeres. su gran pasión era bailar corridos bien agarradito a su cintura. era un hombre guapo, apuesto, bien aguerrido, pero todas las campesinas de jalisco, una tras otra, le rechazaban.

él no podía entenderlo, heredero de buen familia, no le faltaba de nada, amigos suyos peor posicionados conseguían el cariño femenino que él tanto ansiaba.
un día conocío a rosita, de la que se enamoró perdidamente. él la rondaba sin cesar, día y noche, le hacía regalos, le mandaba mariachis a su casa, pero nada hacía que ella se expresara.
finalmente, desesperado, la abordó un día que iba sola por la calle, algo verdaderamente inusual, y le preguntó si realmente no sentía nada hacia él. rosita, ante su insistencia, con lágrimas en los ojos le confesó lo que todos ya sabíamos, que él era un hombre merecedor de todos los afectos, y que ella estaba enamoradísima de él, pero que nunca le iba aceptar, porque él, al igual que la ceiba, el árbol mágico, estaba recubierto de espinas.
el hombre cactus al fin comprendió la verdad, y se tuvo que resignar a bailar siempre solo y suspirar por las mujeres que nunca podría tener.
esta historia ha llegado hasta nuestros días y ha sido inmortalizada por julio gonzález, el escultor amigo de picasso, cuya exposición termina mañana en el reina sofía, el museo que está al lado de mi casa.

Esta mañana he estado haciendo la maleta

para una jornadas de lo que llaman team building, con todo mi departamento. tiene algo de americano y de lección de mba de cómo motivar a tus empleados.
nos vamos a pasar un día en el escorial, en un hotel en el abantos, la primera parte es una jornada de formación esta tarde, luego cena y copas en el pueblo y al día siguiente una actividad grupal al aire libre por equipos para integrarnos unos con otros.
en general es un departamento bien avenido y, dejando aparte algunos temas, no creo que haya ningún problema para que sea un día muy divertido.
pero cómo he dicho antes es sólo un día, para el cual me llevo una maleta llena de ropa, con tres cambios, uno para la cena, otro para la actividad al aire libre y otro para después, además del pijama, neceser y demás complementos (pañuelos, pendientes, pulseras, gafas de sol, zapatos, etc). no es una locura llenar una maleta para un día?
más de una vez y más de dos pienso que estamos enfermas en muchos aspectos, en especial con todo lo referente a la apariencia, la obsesión por ir vestida del modo adecuado en el momento adecuado, de ir siempre a la moda, de mantener el peso exacto, si es posible tendente a la talla 0 y de comprar cosméticos que nos ayuden a conseguir todos nuestros anhelos.
yo no soy la excepción a esa regla, y allá que me voy con mi maleta a rebosar de cosas, que en su mayoría, son innecesarias, al menos para un día.

buen día

Hoy es la final de la champions,

juegan manchester utd. vs f.c barcelona, yo no voy con ninguno de ellos, ni de los otros, simplemente no me interesa el fútbol. pensé que a estas alturas era un tópico aquello de que sólo le gusta el fútbol a los hombres, y aunque eso no es cierto al 100%, si lo es en una amplia mayoría.

en mi trabajo los únicos que estaban interesados eran ellos, zapatillas, uno de mis compañeros, estaba muy cabreado porque hoy le habí­an puesto una reunión de vecinos - a quién se le ocurre! me voy a perder el partido!- será mujer la que convocó la reunión?
hoy era un buen dí­a para hacer shopping, las tiendas estarán vacías, pero, cuál fue mi sorpresa cuando vi que estaban llenas de chicas como yo, buscando planes alternativos, y es que cualquier excusa es buena para ir de tiendas.
de camino a casa vi que los bares estaban llenos, todas las sillas orientadas a la televisión, todos expectantes de que alguien metiera un gol, animando a su equipo, a quién se animará en madrid, al barça o al manchester?
y me dio por pensar, craso error, cuando volvía dando un paseo a casa y no tenía con qué o quién distraerme.
el pasado 1 de mayo cumplí­ 30 años, si, veintitodos, casi no me lo podí­a creer, a esa edad pensaba que estarí­a casada con hijos y casi nietos, y, cómo es la vida, nada de eso ni siquiera está en proyecto. soy ví­ctima de una sociedad que se recrea en el hedonismo, y en el terror a afrontar responsabilidades y de crecer, sobre todo, es que vivo muy bien, y cambiar en algo significa también tener que renunciar a otra cosa. más que la sociedad, puede que sea yo la que soy así­.

un saludo compañer@s